lunes, 29 de julio de 2013

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Abréme el canal y abandona mis entrañas para no volver jamás. Y así, solo quizás, pierda todas las ganas. Usa tú última sonrisa para arrancar de cuajo mis párpados y huye lejos antes de que se enteren mis pupilas. Llévate este océano de sal que inunda mis pulmones. Porque calan las noches de tormenta, cuando afuera reina la calma y dentro naufragan mis sueños entre todas las lágrimas que borre de tu rostro con mis dedos, que envenenaron mis ciénagas de recuerdos.
Me gusta hasta como dejas que me desangre.



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