domingo, 9 de marzo de 2014

Te estás retrasando demasiado.


Aquellas noches
que solo parecían pasar factura a la luna
silencios mansos
y cuerpos insumisos.
Mis sentidos atados de pies y manos
tendidos sobre todos tus vacíos
y tu sonrisa resbalando por las sogas
o por los cuellos. 
Ya no sé.
Con la felicidad asomándose curiosa,
abrigada en el hambre insaciable 
de una realidad que prescindía de sueños.
Y tú tan deseosa de derribar con el cabecero los muros.
Estaba seguro de que la vida hacia dobles nudos
y que yo mudo, 
con la voz desnuda
jamás conseguiría quedarme sin habla.
Y es que yo no sé nada de libertad
pero he palpado muchos barrotes
y estoy seguro de haberla escuchado
susurrarme sus secretos 
arropada entre tus gemidos.
Que entre nuestros cuerpos
hay algo tan eterno como es el maldito paso del tiempo.
Estoy rompiendo relojes de arena contra las paredes
y solo espero que llegues
antes de que se vayan todas las vidas que nos debemos.
Que aún camino de puntillas en mi cuarto
con cuidado de no pisar la huella de tu pie desnudo
con cuidado de no borrar las pruebas
obsesionado con llevarte a juicio 
Al mío a poder ser si algún día lo encuentro (o me lo devuelves)

Me dijeron que el asesino siempre vuelve a la escena del crimen

pero tú no apareces.

domingo, 16 de febrero de 2014

Clandestino.







Atravesabas mi cuarto
llevándote por delante a todos mis fantasmas.
Detenías con solo un dedo
el maniático, estricto,
y maldito segundero.
Agarrabas el reloj por la garganta
y me soltabas con una sonrisa:
' ¿Y ahora qué?'
Tus ojos y los míos
contacto directo
dos canciones de extremo
y nuestra ropa suicidándose
Y ya verás tú, luego
para buscar sus cadáveres;
como siempre.
Como ya nunca.
Los días y las noches
tenían distintos horarios
a los nuestros, y entre besos
las estaciones cambiaban el mundo
a su antojo,
enojadas por no poder
hacer lo mismo con nosotros.




martes, 11 de febrero de 2014

No lo llames esperanza de vida, es esperanza de volverte a ver


Me duelen las vidas que te debo,
no las que gasté contigo.
Si por mi fuese me quedaría en números rojos
por querernos un poco más.
Por hacernos un poco menos.
Y mira...
paso de los que invierten sus sueños
en ilusiones a corto plazo
los que fijan metas en labios
los que pagan amores a plazos
y ponen distancia
de por medio
solo para fumársela.
La verdad
no soporto este puto suelo
si no está tu ropa tirada en él,
no hay consuelo
y cuando lo estaba no hacia ninguna falta.
Como esto siga así voy a odiar las noches
que me hablan de ti,
a las que si hago caso es solo
porque no me hablas tú.
No sé quien eres ahora
ni dónde estás
ni que haces con tu vida.
No sé ni donde te emborrachas,
ni dónde vomitas
ni en que piensas antes de quedarte dormida.
Yo no te encuentro en los tejados
y tú pasas de buscarme en comisarías.
Y todos los ojos de los huracanes
que se escapaban abrazando tus alientos
los guardo en ese punto de mi cuello,
allí donde posabas los labios
antes de que reventásemos.
Una verdadera ciclogénesis explosiva
y no lo que sale en televisión.

A mi no me mienten,
no hay más peces en el mar
...hay lobotomías.
 Y mis manías de enfrentarme a solas
a un mundo que se larga si te vas.


No lo llames esperanza de vida,
es esperanza de volverte a ver.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Jodido Diciembre.



Ya te he hablado de la locura, ahora déjame que te la enseñe.

Aprendí a volar y nada cambió, las hostias que antes me daba contra el suelo
pasé a dármelas contra el techo de esta jaula.
Hice mil escalas en mis viajes, aprendí a vivir de aeropuertos;
de oídos en los que retumbarían mis pesadillas
en sus próximos mil destinos lejos de mi.
O incluso mil y uno. Tampoco estaré el mil dos.
He dormido con mi cuerpo ocupando tres sillas de plástico
y ninguna me resultó lo suficientemente cómoda.
Supongo que las mentes prefabricadas no me excitan,
y yo soy un jodido enfermo del morbo que no cree en la química.

Después de tantos despegues y aterrizajes
Más allá del tabaco y sus alientos importados
y 'te quiero´s'  de contrabando camuflados en sexo.
Lejos de tu cuerpo y retozando con tu cerebro,
y en él,
he tenido orgasmos de alegrías que no marchitarás
porque fueron efímeras.

Y ahora aquí,
un aterrizaje de emergencia sobre tu piel.

Lo
     
           considero

                                    inevitable.                             (Lo Quiero Inevitable.)




Me quedaría aquí a ver, sin moverme, que clase de utensilio macabro utilizará la vida para separarnos. Como he hecho siempre.
Por ver caer su ley en un gesto insalvable entre nosotros y separar los finos lazos que levantan las palabras vivas de un muerto.
Pero pienso, que prefiero que me separe a mi por la mitad que no a nosotros por medio.

Sin miedo; ¿qué hay más bonito que eso?

jueves, 10 de octubre de 2013

Va de drogas.

 Cuento los adioses con los dedos de una mano que no tengo, para que me entren todos sin que parezcan muchos; para volverme un poco menos loco. Es la única forma de que mis venas no acaben por pedir la clemencia de una aguja, o mi nariz la facilidad de un paso de peatones, cuanto más largo mejor, para cruzar esa jodida calle por la que fantasmas conducen mis recuerdos a toda velocidad. Y es que a este paso a saber dónde acabamos todos, yo que he odiado los porros como el típico viejo que se deja la paga mensual en ginebra y detesta a los jóvenes, de los de fútbol y burdel. Y aquí estoy, calada tras calada, mirando los barrotes de la jaula sin saber que hacer. Os juro que o parto todos mis huesos contra ellos, o acabo con todos vosotros. Compañeros de celda. Hijos de puta.



lunes, 30 de septiembre de 2013

Confeso.



"No es verdad ángel de...(Bang Bang)"

Supongo que soy ese al que le cuesta asimilar adioses definitivos, el que quemaba tus recuerdos cada noche como señal de socorro esperando que volvieses.
O todo o nada. Y no lo digo yo, lo decían tus ojos petrificados en trozos de papel plastificados;
joder, que todos sabemos que las fotos son de ese material con el único fin de que no se empapen con las lágrimas.
Me dijeron que parte de la culpa es mía por no creer en dioses, de esos que te prometen volver a ver lo que ya no está, cuando tú tampoco estés, en un lugar que nunca estuvo.
Y oye, que no siento en absoluto el sacarte de tus casillas si eso nos lleva a descubrir nuevos lugares.
Tal vez algún horizonte nuevo que observar juntos sin darle mayor importancia, exento de la tercera dimensión, como quien mira un cuadro; y sí, mientras te como. Cómo no.
Lo cierto es que hacerte cosquillas es mi forma de exprimirte las sonrisas. Ya sabes, yo dándote el coñazo sobre cómo el fin justifica los medios. O por lo menos que los medios que elegimos nosotros mismos justifican cualquier fin. Quizás mañana nos de igual dónde terminemos. O dónde empecemos.
Yo he vomitado en cada esquina en la que el amor me sugería olvidarte. A su cara. Para que se fuera a tomar por culo y me dejará estar contigo; de la manera que fuese.
 Y al resto qué deciros. Os quejáis de vuestros despertadores, pero ninguno habéis oído el disparo de su portal al cerrarse.
...y mucho menos habéis caminado hasta casa con la bala en el pecho, aún caliente y oliendo a ella.


Ahora en serio... daría de hostias a cualquiera que te llamase princesa.

sábado, 28 de septiembre de 2013

7 Vidas. 6 Balas.


Se mudaron las estaciones y tú y yo nos quedamos a ver como se lo tomaba el corazón. Como una madre soltera haciendo cuentas a la luz del flexo después de acostar a sus hijos. Futuro incierto. Con el destino marcado en el mapa si te pintas los ojos antes de salir. O aquí sin ti, escribiendo(te) mientras la vida me da el coñazo con sus imposibles. Nunca quise no mojarme cuando llueve, créeme, solo sueño con empaparme contigo y llegar a casa juntos, con la ropa calada y los ojos secos. Con alientos drogados y el calor viciado de tu olor borrando las lágrimas tóxicas que esta ciudad disparó a bocajarro en nuestra piel; utopías infantiles de adultos forzados, soñando con sábanas a las que no les importe ser toallas. En noches sin tregua que nosotros nos tomamos libres, sin nada que decirte, ya sabes, apretando el botón que pone al mundo en "mute. Y mis ideales preguntándome cómo me puede importar más tu piel que todo lo que ocurra en la jodida corteza terrestre. No me mientas, el roce no hace el cariño tan solo una puta llaga.
Con siete vidas por corazón y esta pistola de tan solo seis balas.