martes, 11 de febrero de 2014
No lo llames esperanza de vida, es esperanza de volverte a ver
Me duelen las vidas que te debo,
no las que gasté contigo.
Si por mi fuese me quedaría en números rojos
por querernos un poco más.
Por hacernos un poco menos.
Y mira...
paso de los que invierten sus sueños
en ilusiones a corto plazo
los que fijan metas en labios
los que pagan amores a plazos
y ponen distancia
de por medio
solo para fumársela.
La verdad
no soporto este puto suelo
si no está tu ropa tirada en él,
no hay consuelo
y cuando lo estaba no hacia ninguna falta.
Como esto siga así voy a odiar las noches
que me hablan de ti,
a las que si hago caso es solo
porque no me hablas tú.
No sé quien eres ahora
ni dónde estás
ni que haces con tu vida.
No sé ni donde te emborrachas,
ni dónde vomitas
ni en que piensas antes de quedarte dormida.
Yo no te encuentro en los tejados
y tú pasas de buscarme en comisarías.
Y todos los ojos de los huracanes
que se escapaban abrazando tus alientos
los guardo en ese punto de mi cuello,
allí donde posabas los labios
antes de que reventásemos.
Una verdadera ciclogénesis explosiva
y no lo que sale en televisión.
A mi no me mienten,
no hay más peces en el mar
...hay lobotomías.
Y mis manías de enfrentarme a solas
a un mundo que se larga si te vas.
No lo llames esperanza de vida,
es esperanza de volverte a ver.
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