Siempre me he preguntado que sería aquello en lo que pensaría en ese último segundo antes de morir. Ahora estoy en paz al saber que será tu sonrisa, sin lugar a dudas, mi beso de despedida, esa última caricia invisible; la última sensación de calidez. Ya no me preocupa la idea de irme, no es cuestión de que tenga o no prisa por hacerlo, sino de que simplemente por fin sé como la recibiré.
Y tú habrás sido la mejor oportunidad para redimirme, para olvidar. Para vivir. La que se hizo un hueco junto a él.
Mi morfina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario