domingo, 10 de febrero de 2013

Microrrelato: Una Bala


Apuntó a aquel hombre y apretó el gatillo todo lo despacio que le permitió su dedo sudoroso, pero el percutor se abalanzó veloz e implacable sobre la bala. Fue en ese momento exacto en el que cerró los ojos debido al fogonazo, al retroceso; al repentino sobresalto que produce una sorpresa tan previsible y esperada. Imágenes borrosas bombardearon en silencio su mente y en todas aparecía el rostro de ese hombre que ahora esperaba impasible, congelado en el tiempo, esa bala que por destino debía golpear en algún lugar de su pecho. El destino se aferró a su piel y tiró, reclamando para sí el punto y final. Abrió los ojos con los recuerdos resbalando por sus mejillas, escapándose para siempre. Para cuando volvió a enfocar con su mirada el cuerpo de aquel hombre la bala ya le había alcanzado. Contempló como se desplomaba sobre la sombra que desaparecía conforme se acercaba más y más al suelo. La sangre marcó la aplastada silueta, encerrándola para siempre en el parqué de aquel cuarto maldito.
Ya no había nada. El tiempo murió pero las manecillas del reloj no se pararon, simplemente desaparecieron. Solo fue eso, un solo segundo que acababa para siempre con la eternidad.
Nada. Ni pasado, ni presente, ni futuro, ni otra respiración a parte de la suya propia colmando la pequeña habitación. Ya no había la sombra de un cuerpo izado frente a él. Ya no había nada ni nadie, tan solo sus cadáveres.
____________________
Los dos agentes de policía tiraron la puerta abajo y entraron en la habitación. Entre las sombras hallaron lo esperado, el cuerpo del hombre tendido en el suelo.
- No ha habido nadie más en esta habitación, solo él - dijo uno de los agentes mientras se llevaba el teléfono a la oreja.
- Si, lo sé. - contestó su compañero.
Avanzó hacia el cuerpo hasta que éste quedo casi a sus pies. Una pistola descansaba en la mano derecha del cadáver y el dedo índice aún se encontraba sobre su gatillo; agarrotado.
La cara había quedado petrificada en el momento exacto del disparó, todavía se podían apreciar las marcas de las lágrimas. El abismo en su cara.

El policía comenzó a escribir las notas para su informe, despacio y tranquilo, pero se detuvo un instante y volvió a contemplar aquel rostro. Debía poner la causa de la muerte, pero le resultaba tan difícil. El sabía que en casos como esos solo importaba el "cómo" , nunca el "por qué".

Terminó de escribir su informe con ese regusto amargo que deja la ignorancia que requiere el sistema.


" ... Causa de la muerte: Suicidio. "



No hay comentarios:

Publicar un comentario