domingo, 4 de agosto de 2013

Cardiografía.


Descúbreme los secretos que guardan todos esos laberintos y muros
que eregiste sobre camposantos de emociones, que cierran con tanto ahínco los portones
que protegen todos tus mordiscos y a ver si así, de una vez por todas,
termino de perder la cabeza por tus colmillos.
Porque tú no sabes como me dolió cuando me desvirgaste el corazón a sonrisas;
aún sin prisas y con pausas.
Con tu adiós enquistado en mis entrañas y el recuerdo de tu sonrisa descorchando mi mirada, amputándome los párpados y vaciándola de este mar en el que se nos fue la mano con la sal.
Ahora saco tiempo a las cosquillas que no te haré, con ese siniestro placer que me produce el dejarlo correr y osar perderlo entre versos de quirófano que yo observo,
totalmente exento de cordura, esperando un hálito de vida que nunca llega.

Día 126: El problema reside en el suero de la vida; le falta tu saliba.